Los progresos habidos en la fisiología, específicamente
dentro del estudio de la actividad nerviosa, las sensaciones y por supuesto la
fisiología del cerebro, formó una base sólida para las operaciones
mentales. Todo esto generó avances significativos en el siglo XIX. Estas tres áreas no se desarrollaron solo
porque sí, sino que han venido de manos de pensadores y especialistas que poco
a poco fueron formando, delimitando, experimentando y a final de cuentas
edificando columnas importantes para la Psicología que ya estaba por venir.

El anatomista Charles Bell (1774-1842) junto
al profesor de la Academia francesa Francois Magendie, ampliaron los estudios
sobre la fisiología general del sistema nervioso. Los cuales a través de
repetidos estudios y experimentos pudieron afirmar que las raíces posteriores
de la médula espinal contiene fibras sensorias o fibras nerviosas que poseen con
función específica, aparte de la conducción nerviosa que solo sigue una
dirección. Luego, mas adelante la obra de Bell y Magendie fue profundizada en
los trabajos de Johannes Muller (creador de la fisiología decimonónica y del
“Cuaderno de la Fisiología humana”) en basé a esta creó una doctrina de las
energías nerviosas especificas, describiendo las cualidades de la transmisión
nerviosa, las cuales formuló en 10 leyes donde claramente establece que nuestro
sistema nervioso es el intermediario entre los objetos y la mente.
Convirtiéndose sus trabajos en motivadores para el estudio de la localización
de las funciones cerebrales.
En esa misma línea surge Luigi Galvani
(1737-1798), fisiólogo italiano estudiante de Johannes Muller y Emil Du
Bois-Reymond, quien utilizó una serie de botellas que contenían cargas
eléctricas (almacenadas por Gralath de Leiden) como una fuente de energía en su
experimento con la pata de una rana y la estimulación de la acción refleja de
la misma en la que pensó que había podido apartar la “electricidad animal”, y
realmente lo logró al describir las propiedades eléctricas de los impulsos
nervioso. Formándose así la base moderna de la transmisión nerviosa.
Pero esto no quedó ahí, ya que surgió la
intriga de ¿a qué velocidad viajan esos impulsos nerviosos? para dar respuesta
a esto, Hermann von Helmholtz (alumno por igual de Muller) había ideado un
método a través del cual se pudiera medir el tiempo que se da entre la
aplicación del estímulo eléctrico al nervio de la rana (el experimento de Luigi
Galvani) y la flexión del músculo a consecuencia del estímulo eléctrico. Dando
como resultado limites de 42.9 y 25.0 metros por segundo.
Al ver que su método había funcionado,
procedió a aplicarlo a los humanos y poder medir el tiempo de reacción
estimulando al paciente, en un dedo del pie y el muslo, luego calculaba las
diferencias. Y fue ahí donde pudo descubrir que la velocidad de transmisión de
los impulsos sensoriales es de 50 a 100 metros por segundo. Este experimento
pasó a ser un modelo de lo que sería la psicología empírica.
Ya construida esta parte de los fundamentos de
la psicología durante el siglo XIX, relacionado con la fisiología del sistema
nervioso, surge el estudio del cerebro y en específico de su fisiología. A
comienzos del siglo XIX existía una doctrina de la Frenología en la cual se establecían
la interpretación dominante de las funciones del cerebro, la cual estuvo
encabezada por Franz Joseph Gall (1758-1828) junto a su discípulo J.G.
Spurzheim (1776-1832). Este movimiento, junto a otros fueron consecuencia de un
modelo mentalista encarnada en la psicología “de las facultades” de Wolff y
Kant, que tan solo buscaban encontrar el lugar de dichas facultades mentales.
Este dúo de estudiadores y especialistas (Gall
y Spurzheim) habían postulado que existían 37 poderes mentales por el numero de
órganos cerebrales. De esta manera crearon una pseudociencia o mejor dicho, una
disciplina basada en un conjunto de prácticas y metodologías que daban a la luz
la ubicación exacta de las funciones cerebrales. De esta manera sostenían que
el rasgo mental que posea la persona es determinada por el tamaño del área
cerebral que controla X función y que pudiera ser calculado según la zona en el
cráneo.
Cabe resaltar que durante el siglo XIX hubo
una gran manifestación de el desarrollo de la fisiología del cerebro cuando el
neurólogo italiano Camilo Golgi (1844-1926) ganador del premio Nobel, había
publicado un trabajo en el cual daba a relucir que aplicaba una sustancia
llamada Nitrato de plata a las células nerviosas para poder observar con
detalles la estructura de las mismas. Este hecho de aplicar sustancias para
tintar y resaltar aspectos en el objeto de estudio, generó en el anatomista
español Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) una nueva luz. Gracias a esto continuó
la misma forma de experimentar a través de la tintura, ayudando esto a que
descubriera lo que hoy conocemos como la neurona.
Como todo lo que se crea no siempre deja las
expectativas totalmente satisfechas, como es el caso de los estudios de Gall y
Spurzheim, Luigi Rolando (1773-1831) en su trabajo sobre las regiones del cerebro
no apoyó la frenología y la sustituyó con sus pruebas, estableciendo que los
hemisferios cerebrales son mediadores principales del sueño, la demencia, la
melancolía, las manías y que las funciones sensoriales se localizaban en la
medula oblonda. Esto fue confirmado por una autopsia realizada por el
científico francés Pierre-Paul Broca, a un hombre que había sufrido afasia
(lesiones cerebrales en el área que posee la capacidad de producir o comprender
el lenguaje) donde encontró lesionada una parte especifica del cortex frontal
(actualmente llamada a área de Broca). De esta manera, Rolando confirmó su
tesis de la localización de las funciones cerebrales y el área de Broca la
designó como el área del lenguaje expresivo.
Algo que realmente hay que resaltar son las
metodologías precisas y las interpretaciones de Pierre Flourens (1794-1867) que
refutó, con razones aceptables, la frenología acudiendo al método de
extirpación (donde se extirpaba un área del cerebro de una animal vivo y luego
de la recuperación se observaba qué funciones perdía y cuales recuperaba) y de
esta manera suponía la existencia de seis aéreas cerebrales que posteriormente identificó,
así mismo como sus respectivas funciones: Hemisferios (izquierdo y derecho), voluntad, juicio, memoria, vista y oído;
Cerebelo, encargado de la coordinación motora; Medula oblonga, media la
funciones motoras y sensoriales; Cuerpos cuadragésimos, visión; Médula espinal,
conducción y los Nervios, excitación.

Las
innovaciones científicas de Flourens, arrojaron datos que anticiparon el futuro
de la investigación neurofisiológica y de esta misma manera, Charles
Sherrington (1857-1952) finalizó los progresos de la fisiología del cerebro que
cimentaron la moderna neurofisiología, electrofisiología y la histología.
Además concluyó los trabajos de Muller, Bell, Magendie, Fluorens y otros más
especialistas de la materia en su obra
en la que estableció las bases de neuroanatomías de la reflexología.
Sherrington resumió sus investigaciones en su
clásico The Integrative Action of the Nervous System (1906), lo cual abrió
camino a la Psicología Conductista del siglo XX iniciada por Pavlov y Watson.
Continuando con sus experimentos, pudo establecer los fundamentos de la
neurofisiología dando grandes e importantes pasos para la comprensión de las
bases fisiológicas de los sucesos psicológicos; reveló la dinámica de la
coordinación nerviosa de lo cual resultó el descubrimiento de la sinapsis. Al
igual que Flourens, aplicó el método de extirpación en cada uno de sus estudios
y posteriores obras, describiendo los reflejos complejos en cadenas sinápticas
de vías convergentes.
Los trabajos de Sherrington han sido de gran
importancia para la psicología contemporánea. En resumidas cuentas, su concepto
de procesos inhibitorias y excitatorios tienen un lugar relevante en la
comprensión de las relaciones entre el cerebro y la conducta, lo cual ha sido
pilar imprescindible en la teoría del condicionamiento.
Junto al estudio de la fisiología del sistema
nervioso y la fisiología del cerebro, en esta unidad además se desarrolla la Fisiología
de las sensaciones y para esto surgió un movimiento que estudió las sensaciones
desde la física y la anatomía, cuyas propiedades de la recepción fueron
examinadas en términos de las imprescindibles propiedades físicas del estimulo.
Un científico inglés llamado Thomas Young (1773-1829) buscaba entender la
postura de Newton en cuanto a sus trabajos en óptica, elaborando la teoría de
la visión cromática.
En sus ensayos, más adelante publicados,
explicó que hay tres colores primarios (rojo, amarillo y azul) que poseen
longitudes de onda especificas y que producen estímulos a diferentes aéreas de
la retina. Dicha teoría fue reforzada por Helmholtz y se le fue nombrada: Teoría
de Young-Helmholtz de la visión en color.
Dentro de los investigadores de la fisiología
de los sentidos, podemos mencionar a Muller con su descripción de la
experiencia subjetiva directa de la acción nerviosa. Pero uno de los más
interesantes fue el fisiólogo checo Jan Purkinje que con sus investigaciones
relacionó con la sensación, los componentes físicos y fisiológicos de la
experiencia subjetiva para poder incluir la metodología. Purkinje fue fundador
del primer instituto de fisiología en Europa.
En sus primeros estudios, aplicó sus experimentos a sí mismo al momento de
estudiar las reacciones visuales quedando sorprendido por la relación
sistemática habida entre la estructura del ojo y las conexiones nerviosas del cerebro.
Estas observaciones las publicó en 1825, más bien conocidas como efecto de
Purkinje, además advirtió la incapacidad que poseemos de distinguir colores de
la periferia de la retina.
Siguieron los pasos de Purkinje de
experimentar consigo mismos, el alemán Johann Wolfgang von Goethe. Gracias a
sus estudios, Purkinje postuló una base fisiológica objetiva para los fenómenos
sensoriales subjetivos, mostrando que es posible aprovecharlos para explorar
tales bases objetivas. Esto daba a relucir cómo aceptaba el método de
observación y descripción de uno mismo como una forma valida de investigación.
Estos planteamientos metodológicos fueron reconocidos y además, acogidos e
incorporados en modelos psicológicos formales.
Resulta mencionar otro movimiento precursor de
la psicología moderna, me refiero al movimiento de la Psicofísica, en donde se
examinaban las sensaciones desde diversos puntos de vista. Con la aparición de
la psicología este movimiento adquiere mayor coherencia, operando como una
transición critica entre el estudio de los componentes físicos y fisiológicos
de las sensaciones junto al surgimiento de la propia Psicología.
A continuación hago mención de algunos
psicofísicos que con sus estudios arrojaron luz al estudio de la fisiología
sensorial, entre ellos está:
·
Ernst
Heinrich Webber (1795-1878), profesor de anatomía y fisiología,
calificado como psicofísico. Entre sus contribuciones vemos la investigación
del sentido del tacto; el establecimiento de una orientación metodológica que
pareció demostrar la posibilidad de cuantificar la operaciones mentales. En su
principal obra acerca de la psicología, a la que llamó: “Del tacto: notas de
anatomía y fisiología” hablaba sobre tres manifestaciones del sentido del tacto
(sensaciones de temperatura, presión y ubicación) en la que establecía que la
temperatura se dividía en sensaciones positivas y negativas; en cuanto a sus
estudios sobre la presión, dio a conocer una nueva metodología a la que llamó
umbral de dos puntos (se empleaba un compas de dos puntas para medir la
sensibilidad de la piel por la distancia mínima entre ambas).
·
Gustav
Theodor Fechner (1801-1887),
además de ser primer defensor de la
psicofísica, se enfocó en estudiar a fondo las relaciones entre las sensaciones
y las percepciones que junto con sus “Elementos de la Psicofísica” abrió
caminos hacía el estudio de estas áreas, proponiendo una ciencia empírica que
permitiera el aumento relativo de la estimulación sensorial, corpórea, para que
así sirviera como medida de la intensidad mental de las experiencias. La mayoría de los aportes a la psicología de
Fechner fueron más metodológicos, pero más adelante se reconoció la
importancia de la psicofísica de Fechner
y la adoptaron para así poder definir una ciencia de la psicología.
·
Hermann
von Helmholtz (1821-1894), además de ser uno de los más sobresalientes
científicos del siglo XIX, realizó importantes descubrimientos en la fisiología
y la física, así también como en la psicología. Además de su obra “Cuaderno de
óptica fisiológica”, publicó su obra
“Sensaciones tonales (1863)” en la cual hablaba sobre su teoría de la
resonancia auditiva. En esta establecía que las fibras transversales de la
membrana basilar actúan como analizador tonal y responden selectivamente a las
variaciones de las frecuencias.
En estas breves palabras he podido resumir la
lista de los principales psicofísicos, los cuales con distintos puntos de
vista, revelan orientaciones muy distintas una de la otra.
Como bien se establece, ciencias como la
física, fisiología y química junto a la psicología empírica, se encargaron de
dar una respuesta fiable a los temas complicados de la vida sin necesidad de
recurrir a lo divino. El aporte de Darwin con su publicación “El origen de las
especies” aportó pruebas convincentes para las investigaciones posteriores.
También puedo mencionar la Teoría de la evolución natural de Darwin, donde
propuso que la variación de las especies es resultado de la casualidad. Lo
único que le faltaba era índole exacta de la transmisión hereditaria, la cual
no pudo descubrir. Esta teoría de Darwin fue completada más adelante pro Gregor
Mendel, quien fundó en estudio de la genética.
En las dos obras posteriores de Darwin (“El origen del hombre” y “La Expresión de
las emociones en el hombre y animales”) poseían las implicaciones para la
psicología de la evolución por selección natural, señalando que la diferencia
entre los seres humanos y los primates superiores era solo de grado.
Además de Darwin y sus seguidores, surgen
Herbert Spencer que con sus obras destacó que las relaciones entre los
sentimientos están basadas en el principio asociativo de la semejanza. Esto le
llevo a postular que las repetidas asociaciones son transmitidas por herencia, acuñando
la expresión “sobrevivencia del más apto”.
Por igual surge Francis Galton, quien fue la última
figura inglesa en tratar la teoría
evolucionista. Centró sus estudios en la evolución humana y la herencia de
rasgos específicos en su obra “Genio hereditario” y en su obra “Investigación
de las facultades humanas y su desarrollo” donde argumentaba los beneficios de
lograr el progreso de la humanidad usando la teoría de la evolución en lugar de
lo religioso.
Galton al dedicar la mayoría de su tiempo a la
investigación psicológica, fue catalogado por muchos como el fundador de la
psicología experimental en Inglaterra ya que la psicología necesitaba
figuras visibles en el medio de la
filosofía alemana. En cuanto a su estrategia metodológica, Galton acudía a los
análisis estadísticos de las pruebas mentales. Pruebas que estaban destinadas a
medir el desempeño en ejercicios mentales del individuo.
Al haber concebido un aparato para medir la
discriminación olfativa y la percepción del espacio, Galton instaló un
laboratorio que le permitió examinar a mas de 9,ooo sujetos de distintos roles
intelectuales. Además de esto, pudo inaugurar un movimiento que resaltaba el
valor de las pruebas y una
metodología para definir tendencias,
cobrando un fuerte impulso a comienzos del siglo XX cuando los psicólogos
comenzaron a utilizar pruebas mentales a gran escala.
En conclusión, estas tres tendencias o mejor
dicho, estos movimientos surgidos durante el siglo XIX fue la casa que pudo
crear un ambiente intelectual que necesitaba la fundación de una nueva
disciplina de la psicología, de una psicología moderna que hoy en día vemos y
vivimos como futuros psicólogos.